Lo que empezó siendo un sueño pronto se convertirá en un recuerdo. Esta aventura es un homenaje a mi madre. Cuando murió y la responsabilidad de cuidarla desapareció, pensé que debía hacer algo para animarme. Pedí información sobre distintas opciones para estudiar fuera de España: Canadá, Nueva Zelanda, Australia. Ya una vez, en 2005, me marché a una Universidad de París para perfeccionar el uso del francés y hacer un curso de postgrado. Allí aprendí mucho sobre la cultura del país vecino y conocí a dos grandes amigas, Cristina y Marta, con las que, a día de hoy, sigo manteniendo una estrecha relación.
Pero volvamos a mi sueño. En marzo de 2020 llegó la pandemia y tuve que “aparcar” mi proyecto. Aquello me hizo reflexionar mucho, como a millones de personas. Entonces comencé a practicar “tapping”, una técnica de desbloqueo mental que se ha convertido en una rutina muy saludable en mi vida. Aplicándola de manera habitual, aprendí a resolver problemas y a conseguir objetivos, pero sobre todo conocí a un amigo, Cipriano Toledo, que me enseñó una nueva herramienta para sentirme más equilibrada y motivada en el día a día.
En febrero de 2022, tras la bajada en los datos de contagios del COVID, abrieron las fronteras australianas. Mi cabecita loca volvía a dar vueltas pensando en aquella idea: mejorar mi inglés en la otra punta del mundo. Y decidí focalizarme en ella, no perdía nada por intentarlo. Miedos, dudas, circunstancias adversas en el trabajo, un vértigo absoluto cada vez que pensaba en dejar mi zona de confort y a mi familia; todo se resolvió, como por arte de magia, y el camino se allanó para que, el 3 de junio, partiera rumbo a la libertad. Perth me esperaba. Lo demás, ya es historia.