Durante esta experiencia australiana lo que más estoy echando en falta son los abrazos. Dos meses sin ellos me han hecho descubrir el significado del concepto soledad. Podemos estar rodeados por una multitud, charlar con un grupo de personas de manera distendida, reírnos, incluso divertirnos, pero el contacto humano le da vida a todo ello. A veces, voy por la calle, miro a alguien y si me produce ternura me digo: “a esa persona podría rodearla con mis brazos durante unos segundos y me daría calor”. No es necesario mantenerse así mucho tiempo, solo el necesario para que los corazones se conecten y las energías se fusionen. Dar y recibir, igual que una respiración: inhala y exhala. Y la vida fluye por nuestro interior como una ola que inunda la arena. Un momento mágico que no cuesta nada y vale mucho.
Autor: Carmen Martínez Sánchez
Soy periodista y escritora, correctora de textos, especialista en comunicación institucional, protocolo, marketing político y relaciones públicas. Me doctoré en Comunicación por la Universidad de Sevilla (2009), donde he impartido clases sobre Protocolo como profesora invitada.